05 Dic Nuevo obispo para la Nueva Planta
Pedro Jiménez de Salazar, nuevo obispo de Salamanca en 1681 es un fraile de la Orden de la Merced. Muy implicado en los círculos de poder, este cordobés, alumno de la Universidad de Salamanca, escala en la Orden hasta llegar a ser Maestro General, predicador del rey Felipe IV y Carlos II.
Desde la perspectiva actual, perdemos de vista que los altos cargos eclesiásticos del antiguo régimen éntaban imbricados en las estructutras de poder político y económico. Un cargo como el de predicador del rey implicaba mucho poder y capacidad de influencia.
Una ONG caritativa en España, por ejemplo, tuvo el pasado año 109.701.979 € y presume de tener 1’5 millones de activistas on-line. Esta fuerza la usan para impulsar su labor y para promover determinadas políticas por parte de los gobiernos. Los altos cargos eclesiásticos de la época tenían en algunos casos, todavía más poder e influencia.
Tener influencia implica tomar posición y Pedro Jiménez formará parte de los que facilitan la entrada (y su propio progreso) de la dinastía de los Borbones. Y ello lo hace recogiendo dinero, influyendo en personas e instituciones.